MotoGP para los fanáticos de la máxima categoría de motos del mundo es, obviamente, una de las cosas que hay que ver antes de morirse. Por eso, mientras el sol de Las Termas pegaba y recordaba más que nunca que uno está vivo, no llamó la atención que Belén, una cordobesa, revele lo que reveló. “Vine con mi marido y mi hijo que se llama Valentino”, le comentó a LG Deportiva la dama que portaba un tatuaje de una tortuga con el número 46 en el brazo izquierdo. No hay duda: la vida de la familia está atravesada por MotoGP, pero más que nada por Valentino Rossi, que ayer terminó séptimo con referencia al más rápido que fue Marc Márquez (ver aparte). “Claro que se llama así por él y el tatuaje es por uno de los cascos de Rossi”, aclaró la cordobesa ante las preguntas obvias, pero necesarias.
Madre e hijo, junto a papá Darío, esperaron casi una hora hasta que su ídolo salió de boxes luego de la última práctica. “Lo hicimos fanático y es la primera vez que él lo ve. Lo vio desde lejos, todavía no le pude cumplir el sueño”, se lamentó en la siesta, pero unas horas después Valentino pequeño estuvo a cercanía de “selfie” con Valentino grande. Sueño cumplido.
Otro que se bancó la hora de espera entre el sol y la alta temperatura fue Sergio que, con una peluca de múltiples colores enrulada como el look de su ídolo que también es Rossi, aguardó la salida del dueño de todas las miradas y cánticos en Las Termas. “Siempre vengo. Fue un día positivo”, calificó el santiagueño. “Me firmó un autógrafo y me sonrió”, detalló feliz, transpirado y con la peluca aun puesta por más que el día de fanático ya había concluido. “No me la saco, soy fanático de él”, insistió. “Mi moto es un Yamaha R6. La misma marca de Valentino”, aclaró entre risas cuando se le preguntó en qué se parece a la del nueve veces campeón.
Si bien cada vez que desembarca MotoGP aquí el mundo se reduce a seguirlo a Rossi, “El Doctor” tiene algo de competencia, o más bien, entre él y Márquez el universo de las motos tiene dos polos y nada más. O se lo espera al italiano o aguardan por el español, pero Rossi gana por goleada. Luego de conseguir la firma del campeón mundial más joven de la historia Eval, de Brasil, fue también por el autógrafo del compañero de equipo de Márquez, Dani Pedrosa. ¿Márquez, Pedrosa? Soy fanático de todos, soy fanático de MotoGP. No me importa quién gane, que gane el mejor”, reconoció con euforia. “Argentina es un paraíso cuando viene la carrera”, calificó el brasileño y se fue a perseguir a otros pilotos.
Y es que hacer vida y obra en la segunda fecha del Mundial es toda una misión. Aunque el sol y el calor no den tregua, hasta mañana, la vida se vive en dos ruedas. “Nos quedamos toda la noche antes de viajar para hacer la bandera”, comentó Belén mientras desplegaba el “trapo”. La tela amarilla resume en italiano el espíritu que portan los fanáticos, principalmente de Rossi. “Mi felicidad se resume en dos palabras: Valentino Rossi. Gracias por existir”. Hasta que la gran cita termine, todo es disfrutar en el autódromo.
El escándalo estalló en la mañana de ayer y siguió por la tarde. Dos agentes de tránsito de Banda del Río Salí fueron escrachados por ex pilotos de MotoGP, quienes denunciaron en las redes sociales que fueron multados de manera arbitraria y hasta debieron pagar para poder seguir circulando. Ante la repercusión del hecho, el intendente bandeño Darío Montero aclaró que, hasta que se sepa la verdad de lo ocurrido, decidió desvincular de manera provisoria a los involucrados. “El lunes elevaré un escrito. Me da vergüenza, como bandeño que esto se haya viralizado sin saber si es verdad o no”, aclaró.
En Twitter, el estadounidense Colin Edwards y el japonés Tadayuki Okada, comentaron que se detuvieron ante dos municipales para pedir instrucciones y que estos les informaron que cometían una infracción al obstaculizar el tránsito. Edwards alcanzó a fotografiar a Okada cuando mantenía un intercambio con el “varita” y aseguró que su compañero “quedó 100 dólares abajo”.